Este pasado Sábado 28 de Abril se representó por última vez "Sentymentalia" sobre nuestro escenario, y esa tarde comenzó tranquila pero con una pequeña mecha de melancolía por los momentos ya vividos. Los actores se vestían, el equipo técnico comprobaba luces y sonido, los músico afinaban instrumentos y la taquilla repartía entradas por última vez. Sucediose antes de levantar el telón, un primer discurso por parte del director Ignacio Aranguren a los componentes, en el que agradeció a los participantes que "Sentymentalia" no acabase en un viaje sin final hacia la deriva.
Tras la subida del telón, todos ya ocupaban sus asientos y el director ya había realizado su discurso, su último discurso para "Sentymentalia". Los actores, sacando lo mejor de sí, aprovecharon la última ocasión para hacer nombre en mayúsculas de la obra y de todo su significado y pasándolo bien, que es lo que tocaba. Era la última vez que escucharíamos los fríos monólogos de cuentos infantiles, o las peticiones inocentes a los reyes magos.
Bajo el telón, se dio el descanso, y pasose el cestillo por última vez, en este caso, por una buena causa, el dinero recaudado se destinaría a África.
Vuelve a subir el telón para escuchar y recordar por siempre el miedo, el deseo, o la felicidad que en este caso cobro todo su sentido la frase "Pequeños momentos, como estos, como el teatro". Se dieron las luces y sonó, para finalizar, "Gaztelugatxeko Martxa" y para celebrarlo, todos bailaron pero esta vez, no solo sobre el escenario.
Se acabó, se recogieron los sombreros y tocó gloria la última representación de "Sentymentalia".
Pero faltaba algo, al momento en que el público abandonaba la sala y el centro, los componentes lloraban... unos de alegría y otros de tristeza, por esos momentos que nos concedió el Taller de Teatro y "Sentymentalia".